En Poblenau, periferia de Barcelona, nuestros arquitectos tienen que planear cuatro manzanas para recibir las actuales actividades económicas con una Urbanización y parcelación industrial. El arquitecto optó por no separar la industria actual, amiga del ambiente, de la vivienda, reduciendo las dislocaciones y el tráfico urbano. Al mismo tiempo creamos una asociación de bloques de edificación permitiendo una súper manzana en que el interior tiene precios de suelo más bajos y así competitivos para la industria. Planear la ciudad es programar la economía.